miércoles, 6 de enero de 2010

Los Periplos de los Reyes Magos Toluqueños


Si en el pasado los tres Reyes Magos atravesaron desiertos, sortearon bandidos y midieron los signos astronómicos exactos para poder llegar a su destino, el lecho de la Virgen María y el recién nacido Jesús de la tradición católica, en la actualidad sus dificultades no fueron menores: las multitudes, los altos precios y la confusión les hicieron transcurrir una exhaustiva y difícil jornada.

Sin duda alguna, el factor más complicado que tuvieron que afrontar los Reyes Magos en la búsqueda de sus regalos, ha sido el de la crisis económica que se vive, si bien en el mundo, con particular rigor en nuestro país.

En las cadenas de supermercados, los visitantes del medio oriente valoraban pieza a pieza cada costo de las muñecas y los carritos. Las compras no se realizaban ya en función del cumplimiento de una lista, sino en el ajuste a un presupuesto.

Si los reyes decidían comprar algún producto en tiendas de pequeña o mediana empresa, las calculadoras eran su mayor dolor de cabeza.

Anteriormente, si un dependiente de una tienda tomaba su calculadora, era para calcular el precio con el que resultaba el juguete después de un 10, o un 20 por ciento de descuento. Ahora, la cosa era distinta, estos artefactos matemáticos se dedicaban a incrementarle un punto porcentual a cada precio, “por el ajuste del I.V.A.”, señalaban los vendedores.

Los padres de familia coincidieron, todos, en recomendar a sus hijos ser particularmente reservados en la hora de solicitar juguetes a los Reyes Magos. “Con dos o tres será suficiente, recuerda que hay más niños que lo necesitan”, fue la instrucción más concurrida, al momento de guiarles para realizar sus tradicionales cartitas.

En otro aspecto, y por si no fuera suficiente la complejidad de calcular cada costo y ajustarlos a los presupuestos, las multitudes abrumaron y generaron un malestar a estos míticos personajes.

En un centro comercial de la ciudad anunciaba la encargada de la gerencia a todos los asistentes: “a todo el personal de seguridad, se les invita a estar atentos particularmente en el área de Juguetes y Electrónicos. Se les recuerda que tenemos un sistema de circuito cerrado, y se le solicita al público en general realizar sus compras de manera ordenada y pacífica”.

Los pasillos estuvieron totalmente abarrotados, y la escases del producto estelar de la temporada hacía más difícil las cosas para quienes querían satisfacer los deseos de sus infantes.

Por ejemplo, los tradicionales paquetes de cinco miniaturas de carritos, resultaron inexistentes ya para el 4 de enero en todas las cadenas de supermercados. La nueva consola de videojuegos portátil, también resultó una rareza, agotada en todos lados.

Los muñecos de lucha libre de nuestro vecino país del norte relegaron completamente a los intentos de la lucha libre nacional. El luchador básico se ubicaba en 250 pesos por pieza, y tan sólo quedaban cientos de copias de los menos populares. Si alguien buscaba al modelo Jeff Hardy, por ejemplo, no lo hallaría en el comercio formal.

Y es así que pasamos a otra faceta complicada para los Reyes Magos. En el Mercado Hidalgo, por ejemplo, lograban encontrar los juguetes inexistentes en los grandes almacenes, con etiquetas de Taiwan, en el mejor de los casos. El mentado Jeff Hardy se encontraba en un estuche con advertencias en japonés a 350 pesos, 100 más que el costo del producto oficial.

Las consolas de videojuegos las podían ya encontrar los Reyes “modificadas” para poder admitir “respaldos” de videojuegos originales – con un costo aproximado de mil pesos – a 20 pesos por disco. Evidentemente, fueron la compra constante.

En otros lugares, como en el Mercado 16 de Septiembre también se encontró una gran cantidad de personas que buscaban juguetes quizás más sencillos, para listas más modestas en consideración de lo complicado de la situación financiera.

El Mercado Juárez, que anteriormente era la plaza más concurrida de la ciudad en esta fecha, lucía desolado en comparación a hace cinco años. Si bien es cierto, varios puestos de ambulantes burlaban a las autoridades entre ciclo y ciclo de supervisión, nada tuvo que ver con los hasta 15 mil vendedores que se situaban en su explanada.

Así transcurrió la jornada. Hubo regalos que se compraron desde antes, ya que algunos Reyes Magos previeron la confusión de la inminente llegada del 6 de enero, y particularmente por conocer del incremento de los precios.

Pero muchos otros, sino es que la mayoría, se encontrarán todavía en este momento en búsqueda de surtir eficientemente los anhelos de sus pequeños. “Al final de cuentas, es sólo una fecha al año en la cual los niños comparten una ilusión mística, algo mágico que ven transformado en una realidad, y nosotros observamos como esa tierna sonrisa suya en el rostro”.

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